El bruxismo es un hábito involuntario que sucede tanto de día como de noche, que hace que los dientes se aprieten, froten y rechinen.
En la mayoría de los casos ocurre cuando dormimos, por lo que muchas personas no se dan cuenta, aunque también puede ocurrir cuando estamos despiertos, lo que ayuda a detectarlo y tratarlo.
Este hábito tiene un impacto negativo, y su efecto final sobre los dientes es irreversible y se acumulará con el tiempo. Por tanto, el diagnóstico precoz es muy importante. Las causas del rechinamiento involuntario de los dientes varían mucho, ya que su origen se puede encontrar en factores externos, internos o psicológicos.
Algunas de las causas más habituales son la maloclusión, el estrés, la enfermedad periodontal, los hábitos alimentarios, posturales o de sueño.